Como
amantes del futbol que somos, y aunque parezca extraño yo mas que
Sergio, no podíamos abandonar Milán sin visitar su estadio. Eran
las 9 de la mañana cuando nos pusimos en pié. Nos dimos una ducha,
nos compramos un zumo y un bollo en una pastelería justo en frente
del hotel (no dan desayunos) y nos dirigimos al metro. Estación Lima
hasta Duomo (4 paradas) y allí el tranvía 16 hasta San Siro (es la
ultima parada). Compramos las entradas para el museo y la visita
guiada (solo ingles o italiano), asi que nos enteramos de lo que
pudimos, jajajaja Nos costó 12,50€ cada uno.
Curioso que un mismo estadio sea para dos equipos, Milán e Inter de Milán. Y para cada uno de ellos tengo un nombre diferente, San Siro para Milán y Giuseppe Meazza para Inter de Milán. Tiene 3 vestuarios, uno para cada equipo, y el de los visitantes. Estuvo muy bien la visita, el campo es espectacular. Y yo encantada por haber podido sentarme en la butaca correspondiente a Seedorf, que me encanta, jejejeje
Al salir visitamos el museo, donde están los trofeos, equipaciones antiguas, etc… Y a la tienda, donde Sergio se compró una gorra del Milán.
De nuevo pillamos el tranvía 16 hacia Duomo, y ahí el metro una parada a Montenapoleone, para visitar el llamado Cuadrilatero de Oro. El equivalente a la Plaza Vendome de Paris, por ejemplo. Tiendas de mirar, no de comprar, en nuestro caso claro. Pero como nos había sobrado mañana, nos decidimos a acercarnos.
Despues cogimos de nuevo el metro en Montenapoleone hasta la Estacion Central, y ya que estábamos allí estuvimos orientándonos para el día de mañana ir a tiro hecho al tren hacía Venecia. Por cierto, pedazo de estación, de grande y de bonita.
Curioso que un mismo estadio sea para dos equipos, Milán e Inter de Milán. Y para cada uno de ellos tengo un nombre diferente, San Siro para Milán y Giuseppe Meazza para Inter de Milán. Tiene 3 vestuarios, uno para cada equipo, y el de los visitantes. Estuvo muy bien la visita, el campo es espectacular. Y yo encantada por haber podido sentarme en la butaca correspondiente a Seedorf, que me encanta, jejejeje
Al salir visitamos el museo, donde están los trofeos, equipaciones antiguas, etc… Y a la tienda, donde Sergio se compró una gorra del Milán.
De nuevo pillamos el tranvía 16 hacia Duomo, y ahí el metro una parada a Montenapoleone, para visitar el llamado Cuadrilatero de Oro. El equivalente a la Plaza Vendome de Paris, por ejemplo. Tiendas de mirar, no de comprar, en nuestro caso claro. Pero como nos había sobrado mañana, nos decidimos a acercarnos.
Despues cogimos de nuevo el metro en Montenapoleone hasta la Estacion Central, y ya que estábamos allí estuvimos orientándonos para el día de mañana ir a tiro hecho al tren hacía Venecia. Por cierto, pedazo de estación, de grande y de bonita.
Comimos
en otro restaurante de la zona, pero éste no recuerdo el nombre. Era pequeñito y estaba entre el de la cena de ayer y un Mc Donalds. Y vuelta al hotel a descansar un ratito y a resguardarnos del calor
de las horas centrales del día, uffff
Por la tarde nos dirigimos al Castillo Sforcesco, metro desde Estacion Central hasta Lanza Brera Piccolo Teatro. Sales, andas un poquito y ya vas a dar a un lateral del castillo, donde está la puerta para entrar al patio interior. La entrada es gratuita.
Nos dimos un buen rodeo por él, saliendo por la parte de atrás para ver el Parco Sempione y el Arco della Pace, aunque un poco de lejos.
Volvimos a entrar, cruzando el patio y saliendo por la entrada principal a la Piazza Castello.
De ahí bajamos caminando por toda la Via Dante, pasando por el Teatro Picolo y llegando a la Piazza della Scala, donde se encuentra el teatro del mismo nombre, el Palazzo Marino (Ayuntamiento) y una estatua dedicada a Leonardo Da Vinci.
Queriamos ver el Duomo de noche, iluminado, pero como era pronto aún, cruzamos la Galeria Vittorio Emanuele.
De ahí nos dirigimos al metro Duomo hasta Lima, donde nos recorrimos buena parte de Corso Buenos Aires. Ahí en una óptica nos compramos unas gafas de sol cada uno, chuliiiiiiisimas. Ya cenamos en un spizzico unas porciones de pizza y volvimos a coger el metro en Lima hasta Duomo para ahora si verlo iluminado.
Entramos de nuevo a las Galerias para verlas también de noche y después de ver el ambiente nocturno de la zona, volvimos al hotel del mismo modo.
Por la tarde nos dirigimos al Castillo Sforcesco, metro desde Estacion Central hasta Lanza Brera Piccolo Teatro. Sales, andas un poquito y ya vas a dar a un lateral del castillo, donde está la puerta para entrar al patio interior. La entrada es gratuita.
Nos dimos un buen rodeo por él, saliendo por la parte de atrás para ver el Parco Sempione y el Arco della Pace, aunque un poco de lejos.
Volvimos a entrar, cruzando el patio y saliendo por la entrada principal a la Piazza Castello.
De ahí bajamos caminando por toda la Via Dante, pasando por el Teatro Picolo y llegando a la Piazza della Scala, donde se encuentra el teatro del mismo nombre, el Palazzo Marino (Ayuntamiento) y una estatua dedicada a Leonardo Da Vinci.
Queriamos ver el Duomo de noche, iluminado, pero como era pronto aún, cruzamos la Galeria Vittorio Emanuele.
De ahí nos dirigimos al metro Duomo hasta Lima, donde nos recorrimos buena parte de Corso Buenos Aires. Ahí en una óptica nos compramos unas gafas de sol cada uno, chuliiiiiiisimas. Ya cenamos en un spizzico unas porciones de pizza y volvimos a coger el metro en Lima hasta Duomo para ahora si verlo iluminado.
Entramos de nuevo a las Galerias para verlas también de noche y después de ver el ambiente nocturno de la zona, volvimos al hotel del mismo modo.
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